Las personas creativas tienen una sed constante de aprendizaje y descubrimiento. Sus mentes están siempre en modo activo. No se conforman con lo existente, desafían las estructuras y rompen con el equilibrio de manera constante.
Una característica bastante común en estas personas es su honestidad y autenticidad. Suelen ser perfeccionistas y críticas de sí mismas, impulsándose siempre a más, y poniéndoles siempre bajo el ojo de análisis por las sociedades y sectores convencionales y conformistas.
A menudo se cree que la creatividad se asocia a golpes de inspiración, a “musas” o a suertes. Lo cierto es que a menudo tienen problemas para concentrarse en tareas rígidas, pues sus mentes vuelan funcionando en ciclos más y menos activos, y entremezclando nociones casi permanentemente.
Al mismo tiempo, es muy difícil quitarles su atención sobre el asunto en manos o el tema que les interesa, a veces rozando las fronteras de la obsesión.
La ciclotimia es muy habitual. Su fuerte conexión con las emociones y su inteligencia emocional bien desarrollada las deja expuestas a cambios de humor frecuentes, y a menudo las hace tendientes a la introversión y el aislamiento social (especialmente en ambientes conformistas y poco desafiantes).
Ya sea en cuanto a sus agendas y metodologías de trabajos, como a los ambientes, recursos, materiales, equipos, tecnologías y demás, son sumamente flexibles y se adaptan fácilmente a las diversas circunstancias, en busca de concretar su labor en manos o atender al tema de su interés.
En su lenguaje no existe la noción de “no se puede”, reemplazándola por “no se ha descubierto cómo hacerlo – aún”. Suelen tener una mentalidad positiva, que les permite hallar nuevos caminos y soluciones. También son muy determinadas, buscando su propia motivación para mantenerse en avance constante en sus propios objetivos.
No suelen dejarse llevar por el “qué dirán”, sino que se arriesgan y exponen abiertamente si eso los acerca a su meta. También su fuerte emocionalidad los “bloquea” de los juicios ajenos: es más fácil que cambien de ambiente, a que dejen de atender sus intereses por lo que los demás piensen al respecto.
Las personas creativas logran hallar los puntos fuertes o importantes en los temas de interés, abstrayéndolos del material menos interesante. También son muy eficientes para hacer las conexiones que los comprometan más a sus labores, incluyendo aquí su fuerte imaginación que les permite proyectar los posibles resultados y anticiparse a ellos. Además son buenos holistas, es decir, logran comprender las diversas facetas y situaciones para anticipar posibles soluciones y necesidades.
Cuando suelen estar próximas a finalizar sus temas de interés, puede que pasen directamente al siguiente. Están siempre en busca de nuevos desafíos, y no es poco frecuente que abandonen sus tareas si ya nos les resultan lo suficientemente desafiantes o estimulantes.
Las personas creativas no dejan de cuestionar el mundo que les rodea y, para eso, se valen de sus amplios poderes de observación y análisis. No aceptan las cosas como son, ni siquiera lo más simple, sino que analizan, buscan una razón y, si no les fuera satisfactoria, formulan todas las preguntas e inquisiciones que les parezcan adecuadas para saciar su curiosidad.